El
mito de la Caverna
Una
luz siempre se enciende en la oscuridad absoluta. La luz del pensamiento, o por
lo menos la luz que nos permite intuir que podemos “pensar”. En definitiva, descubrir
que es el camino más accesible para cuestionar aquello que se considera “normal”.
Platón,
en la alegoría de la Caverna, plantea el riesgo de acceder a la verdad y ser
tomado por loco o perturbado.
Nos
muestra la idea del prisionero que contempla el “bien” en sí mismo, toma esa
idea y retorna a la caverna a contarlo a los esclavos que se encontraban en
ella, que tenían por realidad aquellas sombras proyectadas.